Cultura, ética y salud en las prácticas profesionales de supervisión, asesoría, coaching, etc.

En lo que se refiera a supervisión, asesoría y desarrollo de habilidades de liderazgo; en los últimos 25 años, hemos pasado de la construcción de un saber profesional a la emergencia de una cultura genuina en distintos contextos. Especialmente en las profesiones cuyo núcleo esencial es la relación. La influencia de las asociaciones profesionales europeas, ha sido esencial. En nuestro contexto las demandas de supervisión se están generalizando ; el debate sobre los tipos de supervisión, quién la lleva a la práctica en distintos ámbitos es recurrente. Louis VAN KESSEL en el número 6 del MAGAZIN de ANSE (Asociación de organizaciones nacionales para la supervisión en Europa) nos propone estas diferencias sobre los distintos tipos de supervisión.
“El término «supervisión clínica» – a menudo abreviado como «supervisión» y utilizado como sinónimo de «supervisión psicoterapéutica» – se refiere principalmente al desarrollo y avance de las habilidades psicoterapéuticas u otras habilidades clínicas. Y, al igual que en el trabajo social, a mejorar la práctica con los clientes y potenciar el desarrollo profesional del profesional. Su componente de evaluación inherente se centra en el desarrollo de las competencias profesionales del supervisado. El término «supervisión profesional» suele equipararse a la supervisión clínica. Sin embargo, la diferencia es que se considera que incorpora cualquier aspecto del rol profesional, no sólo las competencias psicoterapéuticas u otras clínicas. La ‘supervisión reflexiva’, el tercer término, se refiere a un enfoque que integra la teoría del aprendizaje reflexivo para promover el desarrollo reflexivo de los practicantes y su práctica reflexiva. Considera el proceso reflexivo como el centro de una supervisión eficaz y se centra exclusivamente en el enfoque «educativo-desarrollador». De este modo, se potencia la capacidad de reflexión crítica del supervisado, así como su aprendizaje para realizar una práctica basada en valores. El enfoque reflexivo permite a los supervisados comprender el contexto social y cultural de la práctica, y promueve activamente la justicia social y los derechos humanos.”
En lo concreto y desde un enfoque generalista e integrador de distintas prácticas profesionales nos gusta la propuesta de Van KESSEL. En resumen:
- Doble objetivo,
- salvaguardar la calidad de atención a las personas – clientes, usuarios-as pacientes, etc. – a través de una atención diversificada a las personas profesionales destinatarias de los procesos de supervisión, asesoría, etc.
- Potenciar capacidad de aprendizaje de las personas supervisadas mejorando sus competencias, capacidades, de forma permanente.
- Claridad en la contratación… par qué, cuándo, cómo …
- Relación colaborativa, construcción de espacios seguros.
- Aprendizaje experiencial, es éxito en supervisión.
- Desarrollo y entrenamiento de reflexividad crítica.
- Supervisión como espacio de trasmisión de aprendizaje a distintos contextos.
- Supervisión en y desde el contexto: cultural, intercultural, genero, crisis económica …
Desde esta mirada y considerando el proceso de desarrollo de servicios y recursos a las personas, observamos como emerge una cultura genuina desde las prácticas de supervisión. Pensamos, que es necesario que las personas, los profesionales que la desarrollan, tengan espacios de reflexividad y análisis; esto es, supervisión de la supervisión o Metasupervisión.
Esto no es una novedad para las personas que han sido formadas o se han acreditado profesionalmente de acuerdo a los estándares que tiene la propia ANSE – ISPA (Instituto de supervisores-as profesionales asociados-as). La METASUPERVISIÓN es un criterio para la formación, entrenamiento o acceso a la profesión. Para los que la ejercemos, una responsabilidad ligada a la calidad, la mejora y la innovación.